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La realidad para nosotros, en el ámbito de la financiación entorno al VIH/SIDA, es la desconcertante tendencia que ha surgido: un éxodo silencioso de financiadores que al parecer se hacen de la vista gorda ante los problemas críticos que enfrentan los grupos latinx y liderados por personas trans. Conforme persiste la epidemia del VIH, es alarmante ver partir el apoyo financiero de entidades que una vez desempeñaron un rol en la lucha contra esta crisis sanitaria global.
A pesar de los avances logrados en años recientes para acabar con la epidemia del VIH, las brechas de equidad se han hecho más grandes, dejando a las comunidades marginadas, especialmente a los grupos transgéneros y latinx, vulnerables a los efectos devastadores del virus. La urgencia de abordar este tema se vuelve más notable si se considera el impacto desproporcionado que tiene el VIH/SIDA en estas comunidades.
Las personas trans, que incluye a personas transgénero y de género no conforme, por mucho tiempo han enfrentado barreras sistémicas, discriminación y acceso limitado a servicios de cuidado de salud. Sin embargo, su consciente participación es crucial para la meta general de acabar con la epidemia del VIH. Es imperativo reconocer los particulares retos que enfrentan y asegurar su inclusión en la conversación entorno a la prevención, el tratamiento y el apoyo del VIH.
Los grupos latinos también navegan un complejo panoramas marcado por estigmas culturales, barreras lingüísticas y disparidades socioeconómicas. A pesar de su significativa representación entre las personas afectadas por el VIH/SIDA, sus voces son marginadas frecuentemente, contribuyendo a una falta de iniciativas específicas que podrían abordar eficazmente sus necesidades en particular.
Frente a las crecientes brechas de equidad, el abandono de la causa del VIH/SIDA por los financiadores es desalentadora. El impacto es particularmente pronunciado en las comunidades lideradas por personas trans y latinx, y agrava las existentes disparidades. Es crucial que los financiadores reconozcan la importancia de un apoyo financiero sostenido, programas personalizados y un compromiso a abordar los particulares retos enfrentados por estas comunidades.
Para realmente avanzar hacia el fin de la epidemia del VIH, es crucial tener un enfoque holístico que acoge la diversidad y la inclusión. La participación consciente liderada por las personas trans debería estar a la vanguardia de estos esfuerzos, reconociendo y desmantelando las barreras que impiden el acceso a la prevención, las pruebas y el tratamiento.
En conclusión, el silencioso éxodo de las iniciativas para el VIH/SIDA por parte de los financiadores, especialmente cuando descuidan de las necesidades de las comunidades trans y latinx, presenta una grave amenaza al progreso en la lucha contra esta crisis sanitaria global. Es imperativo que los financiadores reevalúen sus prioridades, reconozcan las crecientes brechas de equidad y activamente apoyen las iniciativas que fomentan la inclusión, la igualdad y la participación consciente de todas las comunidades afectadas. Solamente mediante los esfuerzos colectivos y sostenidos podremos lograr el ambicioso objetivo de acabar con la epidemia del VIH para todo el mundo.
Arianna Lint
CEO del Centro Arianna