Definitivamente el momento en el cual nos confirman el diagnóstico es el más difícil. El mundo se derrumba, las fuerzas que creías tener se te acaban de repente, todo se vuelve oscuro aun siendo un día de magnífico sol.
Nadie puede estar preparado para que te digan que tenés VIH y mucho menos que estás en etapa SIDA (la mal llamada etapa final). No hay consuelo, te llenas de preguntas sin respuestas, te culpas, te enojas con vos mismo, y decidís esconderte.
Si, así de simple. Me escondo de mi misma. Me resguardo de la sociedad. Me refugio. Que nadie sepa. Si sí, eso es lo mejor. Si nadie se entera, nadie me juzga ni me discrimina.
Y así lo hice, por muchos meses.
Ese terrible miedo que da decir nuestra condición, ese miedo terrible al rechazo, a la discriminación, al quedarnos sin trabajo.
De a poco los miedos se fueron disipando. Comprendí que todo empieza en mí, en mi propio ser.
Me amo y me acepto así como soy. Que no podía ni debía rendirme. Que aún estaba VIVA y SI TENGO ESTA OPORTUNIDAD DEBO APROVECHARLA Y VIVIR.
Es toda una tarea, empecé diciendo y pensando "si mis padres me ven bien, ellos estarán bien y no tendrán de que preocuparse". Para mí era y sigue siendo primordial que mis padres y hermanos sean felices, y de ningún modo me permito hacerlos sufrir.
Era un domingo, estaba sola en casa. Me levanté bajoneada, puse música y rompí en llanto.. Fueron horas y horas de lágrimas, lloré ¡tanto tanto!!! Hasta que en un momento me miré al espejo y me dije "que te estás haciendo?? Porque estas así?? ¡Vamos mujer estas viva!! Vamosss dejá de llorar, y salí a disfrutar!!"
Y asi fue, ese día me encontré a mi misma. Ese día me dí cuenta que tener VIH era más que una condición, o un virus. Desde ese día para mi tener VIH significa tener conciencia de la vida pero sobre todo de la muerte. Tomar conciencia que soy un ser mortal gracias al virus me ha permitido empezar a disfrutar de cada instante. De las alegrías, de las tristezas, de despertar cada día, de sentir el sol en la cara mientras camino al trabajo, de disfrutar cada mirada, cada abrazo, cada conversación. Desde entonces sólo hago lo que me gusta, visito a quien tengo ganas, si extraño a alguien se lo hago saber, y repito incesantemente a quienes quiero que los quiero!!
"Sé feliz en cada momento,
porque cada lugar es 'Aquí'
y cada momento es 'Ahora'".
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