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De acuerdo con la OMS la calidad de vida es: "[…] la percepción que tiene una persona sobre su posición en la vida dentro del contexto cultural y el sistema de valores en el que vive y con respecto a sus metas, expectativas, estándares y preocupaciones. Es un concepto de amplio alcance que está atravesado de forma compleja por la salud física de la persona, su estado fisiológico, el nivel de independencia, sus relaciones sociales y la relación que tiene con su entorno." (OMS, 2002).
Aspectos objetivos, subjetivos y sociales hacen parte e influyen de manera importante en nuestra calidad de vida y este asunto ha venido tomando mayor fuerza al sumarse como cuarto punto dentro de la estrategia 95-95-95. Son los momentos coyunturales que debemos aprovechar porque temas que hemos planteado y considerado relevantes a lo largo de nuestro proceso como mujeres viviendo con VIH, van tomando fuerza y se ponen sobre la mesa.
Teniendo en cuenta los aspectos que conforman nuestra calidad de vida será importante entender que esta, mejora y se potencia no solamente a partir de la toma de nuestra tratamiento. Claramente se vive en muchos países que siguen habiendo dificultades para el acceso oportuno e continuo del mismo; además, también debemos tener en cuenta que el solo proceso de adherencia implica muchos asuntos y no solo la entrega del tratamiento antirretroviral.
Nuestra calidad de vida no puede seguir viéndose definida por una carga viral indetectable o por unos CD4 que van subiendo lentamente cuando estamos adherentes a nuestros medicamentos. Nuestra calidad de vida deberá ser considerada desde el cubrimiento de cada una de esas necesidades objetivas, subjetivas y sociales que tenga cada mujer que recibe un diagnóstico.
Contar con una vivienda, tener un nivel de ingresos que garantice el mínimo vital, acceso a servicios públicos, a la seguridad social, por ejemplo. Así mismo, que contemos con unas redes de apoyo que impacten de manera positiva en nuestra salud mental y no solo en nuestra salud física, continuar adelante con el proyecto de vida individual o mejorarlo sí es posible, no sentir vergüenza o miedo por reconocernos como mujeres viviendo con VIH, y además, hacer parte de sociedades que no discriminen o estigmaticen y poder acceder a programas sociales o servicios institucionales que garanticen la existencia y mejoramiento de nuestra calidad de vida.
Es claro que todas las instancias implicadas en la atención que requerimos, tienen un alcance pero frente a la suma de la calidad de vida como el cuarto 95% es real que tendremos que darle mayor importancia a lo que llamamos integralidad en la atención y la voluntad, el trabajo en red, las juntanzas, las articulaciones son fundamentales para que esto se logre y el enfoque de género y el enfoque de derechos deberán ser eje central de estas acciones.
María Natalia Sáenz Agudelo
Medellín, Colombia
@marianatalia.pisco
Gracias Natalia
querida Hermana gracias por todos tus aportes
amor y luz y pronto nos vemos en Colombia