Mientras sigo blogueando y compartiendo más de mi historia por primera vez, espero darle a las lectoras una idea de cómo una ex peluquera de Rancho Cucamonga, California, convirtió un diagnóstico de VIH en la bendición más grande de su vida.
Todos tenemos una historia, un logro, algo que puede no parecer tan glamuroso a primera vista – pero el aliento de nuestros cuerpos son un testamento para la siguiente persona de que las cosas difíciles se pueden hacer.