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Índice
- ¿Qué es la culebrilla?
- Síntomas
- ¿Quién es vulnerable a desarrollar culebrilla?
- Culebrilla, VIH y el sistema inmunitario
- Tratamiento y prevención
- Cuidar de sí misma
¿Qué es la culebrilla?
La culebrilla, también conocida como herpes zóster, es causada por el virus varicela-zóster (VVZ), el mismo virus que causa la varicela. Es diferente del virus del herpes simple que causa el herpes genital y el herpes oral (herpes labial), aunque los dos virus pertenecen a la misma familia.
Hoy en día, vacunar a los niños contra la varicela es algo rutinario, pero si usted nació antes de 1980, probablemente padeció esta enfermedad infantil común. Aunque es probable que haya superado la varicela por sí misma, el virus permaneció latente en su cuerpo y puede reactivarse más adelante en la vida. Cuando eso sucede, se presenta la culebrilla, que aparece más comúnmente como una erupción con ampollas en el pecho o la espalda. También es posible que el virus se reactive en otras partes del cuerpo, como en los ojos o en el revestimiento del cerebro.
El virus suele activarse cuando las defensas inmunitarias disminuyen, como ocurre con el deterioro natural de la función inmunitaria a medida que las personas envejecen. Estar bajo mucho estrés también puede debilitar el sistema inmunitario y resultar en la aparición de culebrilla.
Síntomas
El síntoma más común es un sarpullido doloroso con picazón u hormigueo en la piel a lo largo de los nervios (llamado dermatoma) de un lado del cuerpo. Incluye ampollas que forman costras con bastante rapidez, en aproximadamente una semana. El sarpullido desaparece en aproximadamente un mes y el dolor suele terminar en uno o dos meses. Otros síntomas incluyen fiebre, escalofríos (sensación de mucho frío sin motivo), náuseas (sensación de malestar estomacal), diarrea (heces blandas frecuentes) o dolor de cabeza.
Las ampollas están llenas de líquido que puede propagar el virus, especialmente a personas que no fueron vacunadas contra la varicela y nunca tuvieron esa enfermedad. Si tiene culebrilla o cuida a alguien que la tiene, es muy importante que se lave bien las manos después de entrar en contacto con el sarpullido. Puede cubrir el sarpullido con una venda o ropa para ayudar a prevenir la propagación a los miembros del hogar que nunca han tenido la enfermedad.
Si le sale culebrilla en otra parte, como en la cara, puede causar complicaciones graves, como problemas con la vista. Si eso ocurre, busque atención médica rápidamente para evitar más problemas. Otra complicación es el dolor a largo plazo en las vías nerviosas infectadas por el virus. Esto se llama neuralgia postherpética y puede durar meses o años después de que el sarpullido haya desaparecido.
¿Quién es vulnerable a desarrollar culebrilla?
Aunque los niños pueden desarrollar culebrilla, la condición es más común en adultos mayores (en inglés), especialmente en personas mayores de 50 años. El sistema inmune de una persona disminuye naturalmente a medida que envejece, lo que hace que las personas mayores sean más vulnerables a la reactivación de este virus. Otras interrupciones del sistema inmune también aumentan las posibilidades de desarrollar culebrilla, incluidos los tratamientos para enfermedades autoinmunes o cáncer o los medicamentos administrados después de recibir un trasplante o al vivir con VIH.
Estadísticamente, las mujeres son más propensas a padecer la enfermedad que los hombres. Algunas investigaciones sugieren que los cambios hormonales alrededor de la menopausia pueden ser los culpables. En adultos mayores, haber sufrido un golpe fuerte en la cabeza (llamado traumatismo craneoencefálico) parece aumentar las posibilidades de desarrollar culebrilla, aunque la razón de esto no está clara.
Culebrilla, VIH y el sistema inmunitario
El sistema inmunitario normalmente previene que el VVZ se reactive. Sin embargo, cuando el sistema inmunitario se debilita, el virus puede activarse. Por eso las personas mayores son vulnerables a esta condición, al igual que las personas viviendo con VIH, y las personas mayores viviendo con VIH están especialmente en riesgo.
En las personas viviendo con VIH, un recuento bajo de células CD4 indica un sistema inmunitario particularmente débil, lo que aumenta las posibilidades de que la persona desarrolle culebrilla. También es más probable que el VVZ se distribuya a otras partes del cuerpo cuando los recuentos de CD4 son bajos y puede causar síntomas neurológicos. La culebrilla también puede desarrollarse poco después de que alguien comience a tomar medicamentos para el VIH, lo que indica un síndrome inflamatorio de reconstitución inmunitaria (en inglés), una condición en la que el sistema inmunitario del cuerpo se acelera, causando una fuerte inflamación.
Debido a la conexión entre la culebrilla y un sistema inmunitario debilitado, la culebrilla podría ser una señal temprana de que alguien ha contraído el VIH. Si usted aún no sabe que vive con VIH, es una buena idea hacerse la prueba del VIH si desarrolla culebrilla.
Las complicaciones, como el dolor prolongado después de que el sarpullido haya desaparecido, son más comunes entre las personas viviendo con VIH que entre las personas VIH negativas. Vivir con VIH también hace que las personas sean más vulnerables a desarrollar culebrilla más de una vez.
Tratamiento y prevención
El tratamiento de la culebrilla suele centrarse en aliviar los síntomas, como lociones para la picazón o pastillas para el dolor. También se pueden utilizar medicamentos antivirales para reducir las posibilidades de desarrollar complicaciones a largo plazo. Si la piel alrededor de la erupción se infecta con bacterias, se pueden administrar antibióticos.
Los medicamentos antivirales que se utilizan para la culebrilla incluyen:
- Aciclovir
- Valaciclovir
- Famciclovir
Todos son medicamentos recetados y debería comenzar a tomarlos tan pronto como sea posible después de que se presente el sarpullido de culebrilla.
Puede reducir la posibilidad de un brote de culebrilla y el riesgo de dolor persistente mediante la vacunación. Esto también se extiende a las personas que ya han sido vacunadas contra la varicela. Sin embargo, deben transcurrir al menos ocho semanas entre la vacunación contra la varicela y la vacunación contra la culebrilla.
A partir de octubre de 2024, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan actualmente que cualquier persona de 50 años o más reciba dos dosis de la vacuna recombinante contra el zóster, incluso si ya ha padecido culebrilla anteriormente. Los CDC también recomiendan que se vacunen las personas que tengan al menos 18 años y cuyo sistema inmunitario esté comprometido.
Esto incluye a las personas viviendo con VIH. Las personas con VIH avanzado deben vacunarse de inmediato, aunque la respuesta de su organismo a la vacuna pueda ser más débil que la de las personas con VIH bien controlado. Esto se debe a que un recuento bajo de células CD4 aumenta la vulnerabilidad a desarrollar tanto culebrilla como a sufrir complicaciones peores a causa de ella.
Residentes en EE.UU.: Incluso si se vacunó contra el herpes zóster en el pasado con una vacuna llamada Zostavax (vacuna viva contra el herpes zóster), que ya no se administra en EE.UU., debe vacunarse con Shingrix, la vacuna contra el herpes zóster actualmente disponible para su uso, que se considera una opción más eficaz.
Cuidar de sí misma
Mantener fuerte su sistema inmunitario tomando sus medicamentos contra el VIH tal y como se le han recetado ayuda a evitar que el VVZ se reactive. Además, vacúnese contra la culebrilla. También puede vacunarse contra la varicela, si nunca ha contraído esa enfermedad.
Si aún no sabe que vive con VIH y desarrolla culebrilla, hágase la prueba del VIH. Si vive con VIH y desarrolla culebrilla, acuda a su médico para que pueda ayudarle a prevenir complicaciones a largo plazo.