Me salí de mi casa a la edad de 14 años y empecé con alcohol y drogas. Siempre me sentí inferior a las demás. Desde mi actividad sexual me hacía estudios de sangre, aunque mis relaciones no fuesen constantes. Ya existía en mí el temor a una enfermedad de trasmisión sexual. Había ocasiones que regresaba a casa y mi familia siempre me recibía con amor y podía sentir su tranquilidad cuando me veían llegar, pero yo fallaba cada que mi ansiedad volvía. Les robé un par de veces aunque no me gustaba hacerlo. Siempre tuve miedo en casa y afuera.
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