Nací en el seno de una familia numerosa compuesta por mis padres y mis cinco hermanos. Una familia trabajadora, unida, donde se nos enseñó de muy pequeños la importancia del RESPETO, LA JUSTICIA SOCIAL, LA EQUIDAD, la importancia de COMPARTIR, la TOLERANCIA Y EL AMOR. En nuestra mesa siempre hubo grandes diálogos desde política, historia, cuestiones sociales, deporte; ningún tema era tabú. No ignoraba el VIH, de hecho en la escuela tuvimos varias exposiciones en la década del noventa y charlas que nos dictaban. Pero a veces no es por falta de información, ni por promiscuidad, a veces las cosas ocurren sin mayor explicación.
Y sucedió, llegó a mi vida silenciosamente, nadie sabe bien porque pero a los siete años de casada, mi marido y yo fuimos diagnosticados positivos. No es fácil asumir un diagnóstico así.
Para leer este blog en totalidad, presione aquí.